Como todo en la vida, ambas tienen sus pro y sus contras.
El avión es mucho más rápido, pero hay que tener en cuenta las dos o tres horas, que hay que estar con anticipación en el aeropuerto, y el tiempo que puede generarnos hacer los trámites de migración y de recoger el equipaje.
Los aeropuertos quedan más lejos del centro, por eso hay que considerar los gastos y el tiempo que nos acarrea movilizarnos de/desde el mismo.
Los vuelos pueden atrasarse y demorarse, lo que puede complicarnos un poco si estamos cortos de tiempo de viaje.
Los vuelos muchas veces salen más baratos que un pasaje/ticket de tren.
En los trenes podes disfrutar del paisaje mientras se viaja, charlar con personas de otras culturas y ahorrarte pagar un hotel, si viajas de noche en una litera.
Las estaciones de trenes suelen estar ubicadas en el centro de la ciudad, por lo que es más económico llegar a ellas. Uno viaja con el equipaje encima, por lo que nos ahorramos el trámite de ir a buscar la mochila en la cinta.
Los trenes, casi siempre, salen puntuales.
Los pasajes/tickets de tren suelen salir un poco más caro que un avión low cost, pero tenés varias opciones de asientos o camas, así como también de velocidades.